miércoles, 9 de abril de 2014

{ fan fic. } We are...KILLERS | A SooRi History

Annyeong <33
Aquí traigo mi primer one-shot, nada más y nada menos con un SooRi me estrené xdd Me gustó bastante el resultado así que por aquí lo dejo :3 Espero que os guste <33




Título: KILLERS.
Pareja Principal: SooRi {Sooyoung + Yuri}.
Tipo: Yuri.
Género: Drama, acción, romance. 
Advertencias: Me soltaré la melena para hacerlo lo más sangriento posible así que si no te va el gore mejor que no leas.
Notas: Este es el primer one shot de mi serie de fan fics "We Are...", cada uno será con una couple diferente y con tema completamente distinto aunque puede que algunos tengan relación. La historia estará mayormente contada por Sooyoung aunque en algún punto Yuri será la narradora, avisaré cuando ocurra.

KILLERS:



Hace ya varios meses que se marchó, pero yo sigo recordándola día tras día, sin poder quitármela de la cabeza un solo instante. ¿Qué estás haciendo ahora? ¿Dónde estás? ¿Es qué acaso sigues con vida? Si es así, ¿por qué te has marchado? ¿Por qué sin mí? No me olvido de nuestra última misión, de nuestro último asesinato, de nuestro último día juntas...

10:32 AM

Todo empezó aquella mañana, una vez más habíamos pasado la noche juntas, ignorando lo que la jefa nos decía sobre las relaciones entre compañeros, ¿es qué acaso el trabajo de asesino era algo honrrado que siguiese alguna regla? Por supuesto que no, ni de lejos, es que ni siquiera se podía considerar un trabajo.

Me incorporé de mala gana en aquella cama que cada vez se me estaba haciendo más y más familiar y cuando estuve sentada giré la cabeza un poco hacia la derecha para poder verla, estaba realmente linda mientras dormía...Volví a tumbarme, esta vez de lado para poder observarla con facilidad, y sin hacer mucho ruido me la quedé mirando con una gran sonrisa que se iba ensanchando cada segundo que transcurría.

Pasaron varios minutos, puede que incluso alguna que otra hora, pero para mí el tiempo siempre se detenía cuando estaba a su lado, era algo que me resultaba realmente mágico, nunca me había pasado nada parecido con nadie y estaba realmente emocionada con todo aunque en el fondo sabía que el momento de separarnos llegaría y que no podría hacer absolutamente nada para evitarlo...Lástima que me engañase a mi misma.

Al fin acabó despertando, abriendo los ojos poco a poco y sin muchas ganas, lo que le hacía parecer incluso más adorable que antes. Cuando se incorporó un poco y se restregó los ojos creí que me iba a desmayar, por la noche era una mujer sexy e inalcanzable pero por el día se transformaba en un niña hermosa aparentemente inocente.

-Ya era hora de que despertase mi reina- mantuve la sonrisa en todo momento.
-Todavía es temprano, no hay de que preocuparse...- bostezó y se estiró al mismo tiempo, de nuevo me parecía más adorable que antes.
-Habría que repasar el plan una vez más, por si las mocas, y prepararse a conciencia para el momento cumbre de nuestra actuación- no pude evitar acariciarle el pelo, ese sedoso cabello negro eran una de sus cualidades físicas que me volvían loca.
-Ñah, eres muy plasta plebeya- cuando quise darme cuenta estaba tumbada boca arriba y ella se encontraba justo encima de mí, lo que me hizo sonrojar inmediatamente después, a pesar de que ya me había encontrado antes en situaciones parecidas.

Comenzó a besarme el cuello y seguro que me habría arrancado la camisa si es que llevase alguna puesta, mala suerte para ti compañera. Me mordí el labio y cerré los ojos con la intención de disfrutar lo máximo posible de aquel momento tan placentero pero entonces nos lo estropearon todo. Cuando se apartó de mí me enfadé de verdad pero cuando esta descolgó el teléfono, lo puso en manos libres y escuché la voz de la jefa alejé la idea de asesinar al causante de aquella gran desgracia que acababa de sucederme.

-Sé que sois las mejores en lo que hacéis pero es una misión de vital importancia por lo que quiero repasar el plan de nuevo para asegurar la realización correcta, ¿ambas estáis de acuerdo?-
-Estaremos allí en menos de media hora señora, no se preocupe por nada-
-Así me gusta, que al menos hagáis caso en de algo de lo que os digo- colgó inmediatamente después y no pude contener más un suspiro, seguro que ella también se acostó con algún compañero en algún momento de su "carrera"...

Decidí olvidarme de aquello y al fin me levanté de la cama, buscando la ropa que había tirado por toda la habitación la noche anterior. Mientras la buscaba notaba como una mirada se posaba directamente sobre mi nuca, ¿es qué acaso pensaba querdarse allí parada sin hacer nada? Siempre perdiendo un tiempo valisoso...

-Deberías darte una ducha rápida, no queremos que la jefa te vea así de sudorosa...-sin darme cuenta se había acercado mucho, tanto que ya estábamos cara a cara.
-Tal vez tengas razón pero...- la miré con ojos de cachorrito antes de continuar -Me sentiré muy solita allí dentro...- ambas sonreímos de una manera pervertida para después juntar nuestros labios, como tantas veces habíamos hecho antes. Nada más nos separamos, varios minutos después, la miré divertida y fui corriendo hasta el baño, a donde ella me siguió casi de inmediato, con otra sonrisa pervertida en los labios.

11:43 AM

Nos estretuvimos bastante más de lo previsto, pero al menos acabamos llegando, más de una hora tarde pero ya no podíamos remediarlo así que...Llegamos hasta nuestra "oficina", que en realidad era tan solo un sótano oscuro y sobrecogedor con una pizarra, un par de sillas y mesas y algún que otro armario para guardar cualquier cosa que se nos pudiese ocurrir, una vez hasta llegamos a dejarnos una cabeza humana que chorreaba sangre, tan solo nos acordamos de ella cuando comenzó a oler.

Una vez estuvimos frente a la jefa, aunque ella estuviese de pie dándonos la espalda, íbamos a excusarnos por haber llegado más tarde de lo que digimos en un principio pero ella ni siquiera nos dejó comenzar a hablar, como era costumbre.

-Nuestro objetivo es uno de los actuales jefes de la mafia coreana, James Park, que ha cometido una serie de asesinatos además de traficar con sustancias ilegales. Siempre se ha salido con la suya, a pesar de haber hecho daño a personas inocentes con las que ni siquiera tenía relación, así que ha llegado la hora de hacérselo pagar...- al fin se giró y nos miró fijamente, sin continuar con lo que estaba diciendo, lo que supuestamente indicaba que quería que el resto de los detalles se los diésemos nosotras a ella.

Me acerqué a la pizarra y con un poco de celo dejé una fotografía del que sería nuestra llave para acercarnos a Park sin que llegase a sosprechar nada, o al menos de eso trataba el plan inicial...

-Este es Mathew Lee, la actual mano derecha de Park que prácticamente controla todo lo que pasa en las calles-
-Nuestro primer encargo consiste en atrapar a Lee y hacerle hablar para que nos cuente todos los trucos que la mafia se tiene entre manos. Además también tenemos que sonsacarle la dirección en la que se encuentra Park en estos momento, pues nadie excepto él y quienes le están protegiendo saben donde está-
-Bien, veo que lo tenéis todo bajo control, ahora tan solo queda esperar hasta la noche e ir a por él...- antes de proseguir nos miró de nuevo, con una mirada seria y maligna a la vez -Chicas, no tengáis piedad alguna- asentimos, decididas en todo momento, pronto llegaría la hora de la verdad y estábamos totalmente preparadas para lo que pudiese ocurrir más adelante.

22:56 PM

Nos encontrábamos en un oscuro callejón del centro, justo donde se situaba la puerta trasera del bar favorito de Lee, donde iba a pasar dos horas mínimo todas las noches. Aquel día nos aseguramos de que ninguna mujer se le acercase, pues era vital que se marchase solo para que así nuestra estrategia diera sus mejores frutos.

Un rato más tarde al fin se abrió aquella puerta, sin que se tratase de alguno de los miembros del personal del local claro. Agradecí que le gustase más ir solo, pues no estaba demasiado en forma en aquel momento como para ponerme a pelear contra un millón de gorilas. Aquel tipo siempre presumía de poder enfrentarse a cualquier persona, en cualquier lugar y a cualquier hora pero seguro que no eran más que patrañas y delirios de un "viejo". Ahora veremos si eres tan bueno como dices maldito cabronazo...

Cuando dio unos pasos fue la señal para que saliese de mi escondite de entre las sombras y pasase frente a él. Llevaba un vestido de estilo chino de seda roja, la cual se transparentaba un poco y se pegaba mucho a mi cuerpo sin necesidad de que estuviese mojado, ni tan siquiera un poco húmedo. Enseguida noté como me seguía con la mirada por lo que me paré unos segundos y giré levemente la cabeza hacia detrás para poder mostrarle una sonrisita pervertida, luego continué caminando a un paso lento y provocador.

Pasados unos pocos segundos ese asqueroso cerdo ya estaba pegado a mi espalda, con la cara muy cerca de mi oreja y las manos bajando por donde no debían. Estaba realmente asqueada pero debía mantenerme firme y seguir con la farsa un poco más, hasta que le tuviese completamente atrapado en mis redes. Me di la vuelta y me quedé a tan solo unos centímetros de su cara, sonriendo de forma divertida mientras que él continuaba dirigiendo sus manos hacia lo prohibido.

Justo cuando estaba punto de explotar aquel hombre se echó hacia atrás de un tirón, o más bien mi compañera le obligó a apartarse. Con un cordel de fibra le había rodeado el cuello y en tan solo un par de segundos ya lo tenía en el suelo, completamente inmóvil, inconsciente, por suerte no había muerto. Superando algunas dificultades, entre las dos conseguimos llevarle hasta una furgoneta situada a pocos metros de allí, justo a la vuelta de la esquina de aquel callejón que pronto se llenaría de mafiosos.

-Juro que cuando ese cerdo despierte me las va a pagar, estás de testigo- no se me ocurrió otra cosa que reír, si que era celosa.
-Lógico que se rinda ante una diosa como yo, ¿no harías tú lo mismo?- la miré bastante divertida, a pesar de que no era el momento idóneo para bromas nos ayudaban a destensar un poco el ambiente.
-¿Para qué? Si ya eres mía- me sonrojé y ambas reímos mientras que terminábamos de meter a aquel hombre en la parte trasera del furgón.

La morena era quien conducía, yo ni tan siquiera tenía carnet, ¿para qué malgastar un tiempo precioso en hacer colas y estudiar si luego ni siquiera iba a comprarme un coche? Tan solo era una pérdida de tiempo, aunque me alegraba de que ella tuviese idea de conducir, si no tendríamos que haberlo llevado a rastras y no habría sido muy cómodo para ninguna.

Unos cuarenta y cinco minutos más tarde llegamos a las afueras, donde teníamos uno de nuestros muchos escondites especialmente para torturas, este hombre estaba entrenado para no abrir la boca con facilidad así que tendríamos que esforzarnos al máximo para que acabase cantando.

Tardó unos diez minutos más en despertar y en cuanto abrió los ojos se encontró en paños menores, atado de pies y manos mientras que estaba sentado en una silla de plástico normal y corriente, con las dos justo frente a él, con una mirada asesina y una sonrisa diabólica cada una. Puso una mueca de desagrado a la que imitamos enseguida.

-Vais a arrepentiros de esto zorras...¿Creéis que no me están buscando? Ahora mismo todos los mafiosos de la ciudad se están coordinado para llevarme sano y salvo de vuelta a mi mansión. Si me soltáis ahora os aseguro una muerte lenta y poco dolorosa- cuando terminó de hablar nos miramos y comenzamos a reír casi inmediatamente después, ¿en serio creía que diciendo eso nos iba a intimidar? Lo llevaba claro...
-Mira vegestorio, no nos importa cuantos hombres puedas tener por ahí, ni cuantos pueden venir a buscarnos, loa aniquilaremos a todos sin piedad, lo mismo que te pasará a ti como no empieces a decirnos donde está Park- esta vez fue él quien soltó una carcajada.
-¿Es qué crees que soy gilipollas? ¡Ni muerto te diré donde está, puta!- la escupió a la cara y mientras ella se limpiaba, realmente enfadada, yo acabé explotando y le golpeé con la parte trasera de una pistola con la que después de apunté directamente a la cabeza.
-¡HABLA DE UNA VEZ O VERÁS TUS SESOS ESPARCIDOS POR EL SUELO EN MENOS DE QUINCE SEGUNDOS!- me había mostrado débil, un error de principiante que tenía que procurar remediar cuanto antes. Aquel cerdo volvió a reírse, de verdad que deseaba volarle la cabeza...De no ser por que Yuri me quitó el arma de las manos seguro que no habría sido responsable de mis actos.
-Así que te gusta jugar, ¿eh? Pues muy bien, juguemos entonces- apretó el gatillo, la verdad es que no me lo esperaba, pero fue lista y se mantuvo firme para así desviar la bala hasta sus "partes nobles", en menos de un minuto estaba lloriqueando como una niña pequeña.

Me alejé hasta tener una pared pegada a la espalda, ahora que se había enfadado mejor no molestarla mientras hacía su "magia"...Una sonrisa diabólica se dibujó en los labios de Yuri lo que significaba que no iba a tener ninguna piedad con él, y se lo merecía pero lo mío era solo disparar, no quedarme mirando como se le salían o le sacaban las tripas a otro.

-Mejor que mires a otra parte plebeya, esto va a ser realmente desagradable- en un principio aparté la mirada pero tan solo durante unos instantes pues ante todo quería ver como ese cerdo sufría.

Después de descargar el arma y tirarla al suelo, lejos de él por si las moscas, sacó una pequeña navaja de uno de los bolsillos que tenía dentro de la chaqueta de cuero negro que llevaba siempre puesta. Con una cuchilla ni de tamaño medio le hizo un corte rápido y profundo en la parte izquiera de la cara, herida de la que comenzó a brotar un montón de sangre. Continuó clavándole la navaja en la pierna derecha, aunque no lo pareciese a simple vista tenía mucha fuerza por lo que resultó bastante profunda.

Por mucha fuerza y resistencia que dijese tener, aquel hombre tan solo sabía sentarse y enviar a otros a que le hiciesen el trabajo sucio, pues había comenzado a gritar como una colegiala loca por algún miembro del equipo de fútbol se la escuela. Mi compañera no pudo evitar mostrar una gran sonrisa de satisfacción, conjuntada con una mirada asesina. A los pocos minutos Lee ya había soltado la dirección en la que se encontraba Park, había resultado realmente fácil, mucho más de lo que me esperaba.

-A-ahora...De-dejadme marchar...- la morena rió enseguida, se debió imaginar que no íbamos a soltarle ni muertas, mucho menos cuando ella ni siquiera había comenzado con la fiesta.
-Solo te dejaré salir por esa puerta en forma de cadáver- incrementó su sonrisa, ahora parecía una psicópata, lo que siempre había sido en realidad. Cuando Lee mostró una mirada llena de horror fue como una señal para ella.

De un simple tirón le sacó la cuchilla de la pierna y se la clavó justo en mitad del estómago para después deslizarla con un movimiento limpio hasta abajo, dejando un gran charco de sangre bajo sus pies. El hombre no paraba de gritar de dolor, y eso que ella no había hecho nada más que empezar...Dejando la navaja a un lado durante un momento, con sus propias manos le sacó los intestinos, a mi vista era repugnante, tanto que tuve que darme la vuelta para no verlo, no podía...

Lee aun estaba consciente, aunque dentro de unos minutos se desplomaría por la gran pérdida de sangre que acababa de sufrir, su muerte ya estaba más que garantizada. Con la mano ensangrentada tiró al suelo las entrañas que hacía un momento había extraído de aquel tipo, tan despreocupada que parecía que se había deshecho tan solo de un par de papeles sin importancia.

Dejando el tronco inferior se centró en la cabeza, quería hacerle sufrir lo máximo posible antes de que acabase muriendo. Cogió nuevamente la cuchilla y le sacó un ojo lentamente, clavando bien la afilada hoja en la cuenca ocular. Una vez lo tuvo en sus manos se lo hizo tragar, ¿cómo sería eso de tragarte tu propio ojo? Ojalá no llegue a descubrirlo nunca...

-Espero que hayas disfrutado del espectáculo capullo, pues mucho me temo que no podrás continuar viendo la función- le sacó el otro ojo inmediatamente después de acabar de hablar, aunque esta vez clavó tanto la navaja que hasta le atravesó el cráneo, matándole instantaneamente y llenándose ella misma la cara de sangre. Pensé que una vez muerto se cansaría, pero de nuevo me equivocaba con ella...

Tras desencajar la hoja del cráneo del pálido Lee le hizo un corte limpio en el cuello, lo suficientemente profundo como para separar su destrozada cabeza del resto del cuerpo casi intacto. Estampó la cabeza contra el suelo, liberando toda su ira con ella, ahora sí que había acabado pues los brazos y piernas no le interesaban demasiado. Me la quedé mirando, se había puesto perdida...

-Creo que me he sobreexcedido...Lamento que hayas tenido que verlo...- a pesar de que acababa de ver su faceta más común me seguía pareciendo hermosa y adorable, esa era una opinión que nunca iba a variar en mi cabeza, por muchas cosas que ocurrieran.
-No te preocupes, hemos conseguido la dirección que es lo verdaderamente importante. Además, así ya no lo pagarás conmigo sin querer- ambas sonreímos. Me acerqué a uno de los cajones de la única mesa que había y saqué una toalla limpia y blanca para un poco más tarde pasársela a Yuri, no sería apropiado pasearse por ahí con la cara y las manos llenas de una sangre que no era suya.

Cuando estuvo algo más decente sacó una bolsa de tela de otro de los cajones de la mesa y guardó la cabeza en ella, si se la mostraba a Park seguro que tendríamos alguna ventaja en cuanto a imponerle, a pesar de que no se reconociese mucho de quien era, la había destrozado pero bien...Sin perder más tiempo volvimos a la furgoneta, nuestro nuevo objetivo estaba bastante apartado de aquel lugar por lo que debíamos darnos la mayor prisa posible.

02:46 AM

Al fin llegamos al lugar donde estaba escondido Park, nos había costado pero la espera había dado sus frutos. Pensé que estaría en un lujoso hotel, no que se encontrase en una antigua central eléctrica, ahora abandonada. Yuri aparcó a unos metros de allí, en mitad de la oscuridad de la madrugada, donde era un poco más difícil localizarnos visualmente. Tras cargar mi arma iba a salir del furgón pero noté como ella me agarraba del brazo por lo que me giré enseguida y la miré a los ojos, parecía algo triste...

-¡Ey! ¿A qué viene esa cara? Ya verás como vamos a conseguirlo, no tiene por qué preocuparse mi reina- sonreí y cuando quise darme cuenta me estaba besando, ¿qué mosca le había picado? Me dio un poco igual, pues quise disfrutar de aquel beso lo máximo posible.

Cuando nos separamos me acarició la cara y mi sonrisa aumentó exageradamente, me encantaban aquellos momentos, me hacían sentirnos mucho más cercanas de lo que ya éramos habitualmente.

-Te quiero Sooyoung, de verdad que sí, y juro que te seguiré queriendo hasta el resto de nuestros días, ¿lo has oído?- eso si que me resultó extraño, nunca la había visto comportarse de aquella forma, algo raro pasaba...Cuando iba a preguntarle de qué se trataba salió de la furgoneta, a lo que suspiré. Supongo que lo tendré que dejar para otro momento... Sin perder ni un solo momento más la seguí sigilosamente, con mi pistola siempre entre mis manos.

Habíamos conseguido encontrar un camino seguro hasta la habitación de Park y una vez estuvimos allí nos sentamos a esperarle, siempre en guardia por supuesto. Esperamos durante aproximádamente veinte minutos hasta que al fin se abrió la puerta y apareció. En cuanto nos vio se nos quedó observando, en silencio, puede que algo temeroso.

-Mathew te manda recuerdos- no sabía cuando había cogido la bolsa con la cabeza dentro pero la puso sobre la mesa y prácticamente se la lanzó a las manos. Él se la quedó observando con rabia, seguramente estaba más enfadado porque aquel cerdo le hubiese delatado que por haberse dejado matar por un par de jovencitas.
-Está muchísimo más guapo así, le has mejorada mucho la cara zorra...
-Siempre me ha atraído la cirugía estética- ante la contestación de mi amiga, Park se enfadó todavía más y llamó a sus seguidores, los cuales aparecieron en menos de cinco segundos, más de quince me pareció, casi nada para nosotras dos.

Nada más Park salió de la habitación sus esbirros comenzaron a disparar, sin apuntar pues no consiguieron darnos a ninguna ni una sola vez, y eso que ni siquiera nos habíamos molestado en escondernos bien...Cuando se pararon un momento para recargar aprovechamos y nos situamos justo en frente de ellos, ahora iban a ver lo que era disparar de verdad...

Sin necesidad de vaciar un cargador entero los dejamos a todos en el suelo, a la mayoría con tiros en la cabeza o en otros puntos vitales, realmente se nos daba bien disparar...Sonreí al verlos a todos muertos, era un récord personal, aunque todavía teníamos la oportunidad de mejorarlo con creces. Sorteando los cuerpos salimos del cuarto y corrimos en la dirección donde se escuchaban más ruidos, seguro que Park había ido directo a donde estaban el resto de sus hombres.

Estuvimos corriendo durante un buen rato hasta que al fin llegamos a unna habitación infestada de hombres, seguro que allí estaban todos los esbirros de Park, si que se habían dado prisa en agruparse...No era importante el número total de vivos, lo importante era que iban a caer todos y cada uno de ellos, no íbamos a tener piedad alguna...

Tras unas paredes como seguro íbamos asomando la parte superior del cuerpo según iban cesando los tiros, tuvimos suerte y no nos rozó ninguno aunque aun quedaban muchos en pie, y eso que habíamos vaciado ya más de diez cargadores cada una...Llegado un momento me fijé en que cada vez iban llegando más, genial, así no íbamos a salir de allí con vida, ni pensarlo. Entonces escuché como Yuri tiraba su arma al suelo, ¿qué estaba haciendo? ¿Acaso se estaba rindiendo? Imposible, ella no era de esas...Me miró fijamente, con una mirada triste, justo como cuando estábamos en la furgoneta.

-¿Yuri? ¿Qué estás haciendo? No puedes rendirte ahora, prometiste que tras esta misión lo dejaríamos todo y estaríamos juntas, ¿es qué no quieres eso?- tuve que contenerme para no ponerme a llorar allí mismo.
-No digas estupideces, claro que quiero estar contigo y por supuesto que no me voy a rendir pero...Tú eres primero, yo voy después- ¿A qué se refería con aquello? No logré entenderlo hasta que me dio un beso fugaz y luego me empujó hasta otra habitación. Iba a levantarme y seguirla pero había cerrado la puerta y lo único que se me ocurrió fue aporrearla con todas mis fuerzas.
-¡YURI! ¡YURI!- me puse a llorar sin control, sobretodo cuando escuché aquella lluvia de balas y una especie de explosión, ya no había vuelta atrás, la había perdido, para siempre...

Dos meses más tarde...

Como ya dije con anterioridad, han pasado varios meses desde que se marchó, al otro mundo más bien, pero aun así siento como si estuviese conmigo...En realidad no encontramos su cuerpo por lo que no estábamos del todo seguros de si había muerto o no, hasta dejar de dudar prefería no afirmarlo, necesitaba un poco de esperanza...

Desde aquel día iba a visitar su "tumba" todos los días. Le habíamos hecho como un pequeño monumento en una colina alta de la montaña Namsan, si no estaba muerta esperaba que gracias a eso volvería a mi lado, aunque cada día que pasaba me autoconvencía más y más de que no la volvería a ver en mi vida, y por mucho que me doliese tenía que empezar a aceptarlo...

Narra Yuri

Siento estar haciendo sufrir a Sooyoung, de verdad que me hubiese gustado pasar el resto de mi vida con ella, lejos de tanta muerte y destrucción, pero al final no pudo ser, tenía que protegerla a cualquier precio, y el precio que tuve que pagar fueron mi felicidad y existencia.

Flashback

Sabía que después de cerrar aquella puerta no volveríamos a vernos, pero me dio exactamente igual, después de todo lo que había hecho ella por mí tenía que compensárselo de alguna forma. Una vez me aseguré de que la puerta estaba bien cerrada tiré mi arma al suelo, con tantos hombres allí la única opción era ir un poco más a lo bestia. Desde un principio me imaginé una situación así por lo que me había preparado bien antes de entrar en acción.

Saqué una granada de mano del bolsillo y la lancé con rapidez, para que tuviesen el menor tiempo posible para esconderse, y gracias a dios que sirvió para despejar el camino que si no...Por desgracia todos habían hecho lo posible para proteger a Park, que era el único que continuaba en pie, aunque con algunas heridas bastante feas...Cuando comenzó a correr enseguida fui detrás suya, al fin y al cabo no dejaba de ser un objetivo...

Le seguí hasta fuera de la fábrica, ya estábamos bastante alejados de aquel inmenso caos que se había producido en tan solo unos minutos. Me paré delante de él y se quedó apuntándome con una pistola mientras intentaba mantenerse en pie, dudaba que pudiese apretar el gatillo pero debía tener cuidado en todo momento.

-Ahora vas a pagar por todas esas muertes...¡LA MUERTE DE MATHEW NO QUEDARÁ SIN VENGANZA!- estaba lleno de rabia, se le notaba en el rostro, pero esa rabia no le iba a ayudar a seguir en pie. Con un par de sencillos movimientos le arrebaté su arma y le dejé en el suelo.
-Es hora de que vengue a todos los que han muerto en tus manos y a los que has mandado matar...Despídete hijo de puta- no esperé ni un minuto más y apreté en gatillo, justo en su cabeza, lo que acabó en un gran charco de sangre que se esparció por todo el suelo, al fin todo había terminado...

Saqué fuerzas de donde pude y le arrastré hasta un bosque cercano en donde le enterré bien para que nadie pudiera encontrarlo, como no tenían su ADN en ninguna de las bases de datos de la policía dificilmente iban a saber de quien se trataba, seguro que la primera teoría de la pasma sería que dejó morir a sus hombres y él escapó a algún país en donde tuviese inmunidad.

Ahora que todo había acabado lo único que me quedaba por hacer era desaparecer, para siempre...O al menos ese era el plan inicial.

Fin del flashback

Sé que piensas constantemente en mí, y tampoco puedo sacarte de mi cabeza, pero por mucho que añore tus besos, tus abrazos, todo tu cuerpo, sobretodo tu hermosa sonrisa, me temo que es imposible que nos reencontremos, de verdad que lo siento...De verdad que te quiero, y siempre te querré, Choi Sooyoung.

Narra Sooyoung

Aunque tan solo me quedes en los recuerdos, te seguiré amando hasta el día de mi muerte, ojalá que entonces si que podamos estar juntas, para la eternidad...Hasta entonces, siempre tendré en la memoria nuestros buenos momentos, nuestras noches juntas, nuestros paseos nocturnos...Pero sobretodo, recordaré lo despiadada que eras, porque quien sabe, puede que en algún futuro volvamos a juntarnos, como asesinas.

FIN ~ KILLERS

No hay comentarios:

Publicar un comentario