Tras unos cuantos días al fin me he decidido por traer algo nuevo, y un nuevo capítulo de un fanfic nada menos.
Espero que os guste ~ Si no leísteis los anteriores los encontraréis fácilmente en el apartado "fanfics".
Capítulo 4.
Cuando quise darme cuenta me estaba observando a mi, lo que me sobresaltó un poco pero ya estaba más que acostumbrada así que mantuve la compostura en todo momento.
-¿A qué has venido a estar horas Sooyoung? ¿Es qué no podías esperar a que fuese por la mañana?- mostré un puchero, ya sabía perfectamente que no me gustaban las visitas nocturnas pero ella siempre pasaba de lo que le decía.
-Recién llegué y quería ver a mi Seocita- rápidamente se abalanzó sobre mí y cuando quise darme cuenta estaba en el suelo, con ella justo encima de mí. Me sonrojé de inmediato, sobretodo cuando me di cuenta de que Hyoyeon y Yuri nos observaban fijamente, sin perder ningún detalle de lo que estaba pasando. -Retomemos lo nuestro cuanto antes, ¿sí?- en cuanto la escuché me la quité de encima, ¿cómo podía decir aquello después de lo que me había hecho? Me levanté, realmente enfadada, y me la quedé mirando mientras que ella se mantenía en el suelo.
-Mira linda, después de que te largaras sin decirme nada y sin dar señales de vida durante más de cuatro meses lo menos que quiero es que volvamos a retomar lo que fuese que teníamos, ¿lo has entendido bien o necesitas que te lo repita más despacito?- estaba realmente enfadada, de verdad que sí, y no pude evitar soltarle todo lo que pensaba, sin retener mis verdaderos sentimientos.
Las tres se quedaron observándome, bastante sorprendidas, estaba claro que lo que acababa de suceder no pegaba en absoluto con mi pacífica personalidad, pero ya había llegado a mi límite así que no fui capaz de controlarme ni un poco. Las dejé allí y me fui a mi cuarto, donde cerré la puerta de un portazo y heché rápidamente el cerrojo, ahora necesitaba estar sola.
Sooyoung suspiró y se levantó del sofá para luego quedarse mirando a Hyoyeon y a Yuri.
-Cuando se le pase el cabreo decidla que lo siento y que me llame para hablar un poco- sin decir ni hacer mucho más se marchó. Las dos suspiraron al mismo tiempo. Entonces Yuri dirigó la mirada inmediatamente hacia Hyo, que estaba sentada justo a su lado.
-¿Quiéres dejar de mirarme de ese modo? De verdad que me estás poniendo nerviosa...- Hyo había comenzado a hablar sin ni siquiera mirarla, habría sentido algo de incomodidad al notar la mirada de Yuri sobre ella.
Pasado un rato ya había conseguido calmarme, y menos mal, no me gustaba nada estar enfadada, y mucho menos con una "amiga". Tras ponerme el pijama al final decidí salir de la habitación, aunque tan solo para ir a buscar un poco de agua. Para llegar hasta la cocina tenía que pasar por el salón y al hacerlo no pude evitar quedarme a mirar un poco.
Una vez más, las encontré a ambas en una situación bastante incómoda e íntima, aunque variando que no estaban en el sofá, si no tiradas en el suelo y Yuri estaba...Tragué saliva, preferiría no haberlo visto...
Un rato después al parecer se dieron cuenta de que yo estaba allí y separaron sus labios, aunque con algo de lentitud. Me fijé en como Hyo intentaba liberarse, o sea que de nuevo Yuri la había "atacado", o al menos eso era lo que ella decía.
-Ya sé, ya sé, no es lo que parece y todo eso...- seguí mi camino hacia la cocina, pero ahora estaba enfadada de nuevo, aunque también deprimida, ¿a qué se debería? Sé que desde hace tiempo no tengo pareja ni salgo con nadie pero eso normalmente no me afecta...¿Me habré enamorado de Hyo o algo así? me quedé pensando en ello unos minutos hasta que sacudí la cabeza, tenía que quitarme aquellas ideas de la cabeza cuanto antes. Seguro que está prohibido que un ángel de la guarda mantenga una relación con su protegido... Volví a sacudir la cabeza. Ya basta de pensar estupideces Seohyun...
Mientras sacaba una pequeña botella de agua de la nevera escuché como unos pasos se acercaban a mi y al darme la vuelta la vi, a muy pocos centímetros de mi rostro.
-Escucha Seo, no creas que lo que has visto es algo serio, ya sabes que Yuri está loca y...- puse mi dedo índice en sus labios para que callase, no tenía por qué darme explicaciones y tampoco quería que me las diese.
-No te preocupes por eso, lo pasado, pasado está y punto, no le des más vueltas- me aparté un poco de ella y me bebí casi toda la botella de golpe, en verdad que me había entrado muchísima más sed tras verlas...
Sin ni quiera desearla buenas noches volví a mi habitación y cerré la puerta con pestillo. Me apoyé en la puerta y suspiré, demasiadas emociones en tan solo un par de días...Quiero volver a mi vida tranquila de siempre. Tras otro suspiro me fui a dormir, a ver si así mi mente se despejaba de una vez por todas...
09:27 AM ~
Me dormí enseguida, y menos mal que me dejaron seguir durmiendo hasta que sonó el despertador, ya me habían despertado temprano el día anterior y otro más ya me habría trastocado el sueño completamente.
Nada más salir de la cama fui a la ducha y me preparé con rapidez, no quería perder un solo minuto pues ese día tenía que asistir un poco más temprano al estudio para preparar un nuevo photobook de un grupo bastante famoso por aquel entonces. Cogí mis cosas y fui hasta la entrada rapidamente, sin pararme a saludar a ninguna de las dos chicas que estaban sentadas apoyadas en la puerta del salón, observándome extrañadas.
-Es extraño que no estéis haciendo cosas pervertidas- estaba de espaldas para abrir la puerta pero aun así pude reconocer perfectamente el suspiro que soltó Hyo y la risita que soltó Yuri, seguramente mirando a la otra con una mirada pervertida. Giré un poco la cabeza antes de tirar de la puerta de entrada -Tenemos que darnos prisa si no quiero llegar tarde una vez más- al fin abrí la puerta y bajé las escaleras con total tranquilidad, tan solo pensando en lo que debía hacer nada más llegar hasta el trabajo.
Ambas se mantuvieron detrás de mí todo el camino, ¿las ocurriría algo? De vez en cuando las miraba de reojo y veía como Hyoyeon, sonrojada en todo momento, apartaba a Yuri de si misma con algunos empujones. Suspiré y las miré enfadada, no era el momento idóneo para jugar, mucho menos cuando todo el mundo se las quedaba observando.
Menos mal que llegamos al estudio en ese momento porque si no les habría echado la bronca sí o sí. Me despedí de ambas con la mano y entré en el edificio como si nada, ¿habrá llegado ya Yoona? Fui directa a mi despacho, sin fijarme mucho en lo demás, y cuando abrí la puerta una mano me agarró del brazo y tiró fuerte de mí hacia dentro, cerrando la puerta justo después.
Estaba bastante sorprendida, ¿sería Yoona que querría gastarme una broma o algo así? Ya que había quedado sentada en una silla me fue más fácil recobrar la compostura y mirar a los ojos a aquella bro...
-¡¿SOOYOUNG?! ¡¿QUÉ HACES AQUÍ?!- casa esperaba encontrarme con la muerte antes que con ella, ¿cómo es que estaba allí después de la bronca que le había echado? La miré algo mal pero entonces se me acercó mucho, tanto que me impidió levantarme de aquella silla.
-Tan solo quería verte, ¿está mal?- puso una cara inocente, pero yo no me lo tragaba. Cuando vio que mi cara enfadada no desaparecía mostró uno de sus adorables pucheros. Tienes que ser fuerte Seohyun, o si no ganará la guerra.
-¿Ya estamos como ayer? No puedes aparecer cuando te de la gana. Tengo mucho trabajo, ¿sabes?- todavía no sé como pude mantenerme seria, sobretodo cuando estaba tan pegada a mí y encima con la blusa medio desabrochada. Cuando me percaté de ello aparté la mirada de la zona de su pecho pero al ver si sonrisa pervertida supe que se había dado cuenta, mierda...
-Vamos Seo, si sé que te alegras de verme, ¿o acaso vas a negarlo?- ya estaba a muy pocos centímetros de mi cara pero milagrosamente pude mentenerme serena, al menos de momento.
-Déjate de conversaciones sin sentido y dime una vez que es lo que quieres, que como ya te dije tengo bastante trabajo y no puedo perder ni un solo segundo más contigo y tus tonterías- cuando quise darme cuenta nuestros labios se juntaron, ¿en serio que se atrevía besarme en un momento tan tenso como aquel?
No pude evitar sonrojarme, ¿cómo podría haberlo disimulado? Nada más separarnos vi como sonreía de oreja a oreja mientras que miraba mi cara roja. Aparté la mirada lo más rápido que pude, no podía mostrarme débil, ya no lo era...
-Estás muy linda cuando te sonrojas, ¿lo sabías?- aquellas palabras hicieron que me sonrojase aun más, estaba claro que contra ella no tenía nada que hacer. Decidí mirarla a los ojos, tenía que ser sincera para poder calmarme.
-Mira Sooyoung, no voy a negar que ese beso me ha gustado- ya se estaba acercando de nuevo, menos mal que ya me lo esperaba y la detuve antes de que volviese a repetir lo de hacía tan solo unos instantes -Pero lo que me hiciste es imperdonable así que no hace falta que sigas esforzándote por- al final volvió a besarme, que raro...
Me sonrojé nuevamente pero esta vez se incrementó debido a que ella se me tiró encima, literalmente. No sabía que hacer, ella tenía bastante más fuerza que yo por lo que no pude apartarla, ¿qué puedo hacer ahora? Supongo que nada...
Entonces escuché como la puerta se abría, menos mal que alguien vino a salvarme... Esperaba que se tratase de Yoona, pero ni por asomo. Cuando Sooyoung se giró pude ver de quien se trataba.
-¡Yul! ¡Sálvame corre!- esperaba que me hiciese caso en vez de salir corriendo como habría hecho cualquiera. Para mi suerte Yuri se acercó y apartó a Sooyoung enseguida de mí, aunque más bien la sacó fuera por la fuerza y cerró la puerta para que no pudiese volver a entrar.
Suspiré aliviada, menos mal que había decidido ayudarme a pesar de ser mi demonio y todas esas cosas que a primera vista le impedirían ir en mi ayuda en ocasiones como aquella. Me levanté de la silla y me sacudí un poco los pantalones para quitar las pequeñas arrugas que se habían formado.
-¿Qué fue eso? Creía que era una niña buena Ms. Seo- me miraba sonriente, lo que me hizo suspirar nuevamente.
-Parafraseando a Hyo, no es lo que parece.
-A mí me pareció que te estaba intentando llevar al huerto, ¿quiéres decir entonces que estaba ocurriendo al revés y ella solo se defendía de ti?
Enseguida negué enérgicamente con la cabeza, no podía dejar que pensase cosas que no son, mucho menos sabiendo que luego seguramente lo usaría para llevarme al "lado oscuro".
-Mira, quiero olvidar esto cuanto antes así que no me lo recuerdes nunca más ni tampoco lo menciones por ahí, ¿entendido?- antes de que pudiese darme una contestación la puerta se abrió, dando paso a Yoona que venía con un par de sus maravillosos cafés, como todas las mañanas.
-Buenos días Seo y chica que no conozco- sonrió y me entregó la taza caliente, menos mal que no empezó a preguntar quien era Yuri y esas cosas porque no hubiese sabido que contestar.
Mientras que se dirigía a su asiente pude ver perfectamente como mi demonio la seguía con la mirada muy atentamente, ¿tal vez se había enamorado a primera vista? No me hubiese extrañado nada pues Yoona era amable, muy simpática y sobretodo muy linda, el sueño de cualquier hombre o mujer que pisase la tierra.
Pasé la mano por delante de la cara de Yuri para que volviese a la realidad y esta enseguida me dirigó una mirada que parecía preguntar: "¿Qué estaba haciendo?", y la verdad es que me pareció muy mona de aquella forma, supongo que porque nunca la había visto así antes, ni siquiera con Hyo que se notaba que le gustaba, o al menos así era antes de que conociese a Yoona.
-Bueno Yuri, gracias por ser tan buena amiga y venir a visitarme, de verdad que te lo agradezco pero ahora mismo tengo que trabajar así que mejor que te marches- mientras hablaba la estaba empujando hacia la puerta, casi como había hecho ella con Sooyoung unos pocos minutos antes. -¡Luego te llamo y hablamos más tranquilamente!- cerré la puerta enseguida y volví a mi asiento lo más rápido que pude, tenía que ponerme a trabajar cuanto antes.
-Oye Seo...Esa chica era muy linda, ¿es que es tu novia o algo así?- miré a Yoona enseguida en cuanto me preguntó aquello y reí, me conocía bien pero algunas veces se olvidaba de que yo no era de las de tener novia ni amante ni nada así. -Ah, claro, ya recuerdo, tú no eres de esas personas...¡Estrecha!- sin darnos cuenta ambas estábamos riendo.
-Venga, venga, dejemos de hablar y a trabajar, que luego me regañan a mí- y sin decir nada más nos pusimos manos a la obra.
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